miércoles, 8 de enero de 2014

Un año más...

2013 ha sido un buen año para mi. en el terreno profesional y personal todo ha estado estable, que ya es suficiente... ¡Bendita rutina!

Durante todo el año 2013, numerosos centros escolares, colegios e institutos, 
han estado solicitando a la Asociación Asperger Valencia asesoramiento sobre el síndrome de Asperger. Creo que cada vez más, los profesores, maestros y orientadores dejan que nos vayamos haciendo un huequecito dentro de su mundo, que vaya a una persona externa al centro a dar una charla a los profes, cada vez es más habitual. Yo estoy encantada de aportar mi pequeño granito de arena y que cada vez se llegue a más personas y en consecuencia, cada vez se pueda trabajar mejor con las personas diagnosticadas.

A través de las escuelas de familias también hemos podido acompañar a madres y padres en su día a día. En estos talleres las familias tienen la oportunidad de sentirse escuchados y comprendidos. Me encanta cuando cuentan sus testimonios y veo caras asintiendo, dando a entender que comprenden las situaciones que se describen.
Aprendo mucho de cada familia, de sus fortalezas y sus debilidades. Es increíble como la dinámica familiar se ve modificada con un simple elemento de cambio.

El diagnóstico también es una de mis tareas. Y, en contra de lo que se pueda pensar, no solamente extraigo connotaciones negativas de un momento tan duro como es recibir el diagnóstico de un hijo.
En muchísimas ocasiones, las familias se ven invadidas por un sentimiento de alivio, una explicación a la forma de ser o de actuar de su hijo que, en la mayoría de casos, les tranquiliza.
El diagnóstico es un punto de partida o simplemente un punto y seguido donde las familias y los profesionales comenzamos o continuamos trabajando las posibles dificultades del niño, adolescente o adulto.

Las intervenciones a nivel individual y familiar deben tener unos objetivos claros y marcados tanto para el terapeuta, la persona que recibe la terapia y para la familia en general.
Es cierto que a veces me planifico trabajar con algún niño un tema en concreto, y después esa semana ha ocurrido algo destacable y entonces dejo a un lado lo previsto para centrarme en el problema reciente.
La mayoría de las intervenciones terapéuticas que se realizan en la asociación tienen como fin trabajar la Teoría de la Mente, las habilidades sociales, el control de impulsos, la autoestima...

En resumen, este año he sido feliz con mi trabajo. Es cierto que ha habido momentos duros. Días en los que acompañar a las familias y darles soporte emocional ha sido complicado. Soy una persona tremendamente empática y a veces me voy triste del trabajo por ver pasarlo mal a personas que me importan. Pero tampoco quiero perder esa sensibilidad, tan necesaria cuando se trabaja con seres humanos...



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